Hasta hace poco tiempo existían en el mercado únicamente alfombras artesanales para adornar y vestir los espacios de nuestras casas.
Hoy en día el panorama ha cambiado bastante y han proliferado producciones de alfombras hechas con nuevas tecnologías, que ofrecen al consumidor una amplia variedad de diseños que se actualizan en poco tiempo, dada su facilidad de confección.
Algunas de estas producciones siguen siendo artesanales utilizando hilos de lana, seda u otros materiales y otras que se hacen de manera industrial, produciendo alfombras sintéticas.
Como decíamos hasta hace unos años las alfombras artesanales procedían en su mayor parte de Irán, Turquía, India, Pakistán, Afganistán, Nepal, Tíbet, China y Cáucaso, aunque es cierto que en otras regiones y países del mundo se hacen alfombras a mano de distintas calidades y clases, pero los mayores productores eran y siguen siendo los países nombrados anteriormente.
Hablar de alfombras artesanales en general es hablar de un mundo muy complejo y extenso, donde el resultado final, como producto y su valor del mercado, depende de la forma en la que se hace la alfombra en cuestión, de la elección de materiales para su confección y la cantidad de nudos y lo apretado y finos que éstos sean a la hora de hacer la alfombra.


A continuación, vamos a describir algunas de las técnicas con las que se hacen una alfombra artesanalmente:
Alfombras anudadas a mano o hand knotted
Se usan telares verticales. En esta técnica las hebras de lana se atan al telar verticalmente, formando lo que se llama la urdimbre, que al final del proceso se convierten en los flecos de la alfombra confeccionada.
Se trata de hebras resistentes para dar consistencia y resistencia a la alfombra. Las hebras horizontales llamadas la trama se entrelazan con las verticales formando la base de la alfombra.
Una vez finalizado el montaje, los expertos artesanos van insertando los hilos de lana de diferentes colores, haciendo nudos con la urdimbre, siguiendo el diseño de la alfombra. Conforme van avanzando cambian de hilos y colores hasta finalizar una fila entera que forma el ancho de la
alfombra. La orilla o el borde de la misma se forma usando una cuerda de hilo trenzado que es cosida a mano sobre los lados formando el especto final de la alfombra.
Los nudos son apretados y el hilo sobrante es cortado por los tejedores, dejándolos a una altura determinada. A posteriori, un experto se encargará de cortar los hilos de lana y/o sedas sobrantes y deja la alfombra con un espesor determinado, de acuerdo a la clase y origen de esta producción.
A mayor número de nudos más definición y por tanto más calidad del producto finalizado.
Es la técnica más valorada y la que produce alfombras de más calidad y de más valor en el mercado.
Alfombras tejidas o hand loomed
En este caso el telar puede ser tanto vertical como horizontal. Mediante el uso de una varilla las hebras son enrolladas alrededor de las hebras de la urdimbre, pudiendo usar hebras de cualquier tipo de materiales.
Es mucho más rápida que la técnica anterior, pero en cambio produce alfombras de menor calidad y más económicas.
Alfombras hand tufting
Esta técnica consiste en dibujar el diseño de la alfombra sobre una tela de algodón tensada sobre un bastidor que conforma la base de la alfombra. A continuación, mediante el uso de una pistola automática, los operarios insertan hilos de distintas clases, siguiendo el patrón y el diseño de la alfombra.
No se anudan los hilos y por tanto el proceso es mucho más rápido pudiendo utilizar tanto fibras naturales, lana, seda etc. como fibras sintéticas. Esta técnica permite la creación de una gran variedad de diseños siendo en general alfombras más económicas.
Otras técnicas
Hay otros métodos de confección de alfombras, como las técnicas de alfombras cosidas y las tejidas a mano.
En esta última, los hilos de lana se anudan fuertemente a las hebras de la urdimbre y forman una trenza conforme va avanzando la confección. No hay inserción de pelos, con lo cual tanto el reverso como la parte delantera se ven de igual forma. Un ejemplo de esta técnica es la producción de los llamados kilims con sus patrones y colores característicos. Los kilims sobre todo los antiguos, son muy valorados y alcanzan precios muy altos en el mercado.
Conclusión

Podemos afirmar que el valor de la alfombra en el mercado depende de varios factores, como la técnica usada para su producción, el tipo de material usado (lana, seda, algodón o material sintético), y la denominación de origen y la procedencia de la misma, entre otros.
Las alfombras orientales hechas con hilos de seda y/o lana, con elevados números de nudos por centímetro cuadrado, tienen un valor bastante más alto que una alfombra hecha por otras técnicas más actuales.
Como ejemplo, una alfombra de origen persa, Tabriz o de Ghom, hechas con hilos de seda o una alfombra persa de Isfahán con sus diseños característicos, son consideradas como las mejores de entre las alfombras orientales.
Hay que tener en cuenta que las modernas técnicas de confección de alfombras han permitido no sólo abaratar los costes de producción, sino que han permitido la creación de diseños contemporáneos y actuales, aumentando la adquisición de estos objetos de decoración y su mayor frecuencia de cambio, de acuerdo a nuevas tendencias y cambio de modas.
Mantenimiento de las alfombras
Independientemente del origen de nuestras alfombras y las técnicas con las que se han confeccionado, habrá que realizar un mantenimiento constante sobre ellas si queremos disfrutar de su belleza y su funcionalidad por más tiempo.
En primer lugar, hay que aspirar regularmente las alfombras evitando la deposición de las partículas de polvo en la superficie ya que con el tiempo y por la gravedad van cayendo hacia los nudos y pueden provocar daños irreparables en los mismos. Es mejor aspirar en la dirección del pelo para no provocar daños en los pelos y evitar el debilitamiento de los mismos.
Actuar inmediatamente si observamos cualquier tipo de manchas. Mediante el uso de un paño seco y aplicando agua tibia y champús de bebé podemos proceder a limpiar la zona manchada con movimientos circulares y suaves de fuera hacia dentro. Repetir la operación hasta que la mancha desaparezca y después, secar la zona con otro paño seco y limpio.
El uso de bicarbonato o amoníaco rebajado y disuelto en agua tibia puede ser de ayuda. Al igual que antes con el uso de un paño limpio y seco vamos frotando la zona afectada de forma suave hasta conseguir limpiarla por completo.
Si la mancha persiste o es de naturaleza más complicada de eliminar como manchas ya secas de restos de comida, vino, sangre, grasas, etc. puede contactar con nuestros expertos en Centauro, para que le indiquen la forma más adecuada de solucionar estos problemas.